Instax Mini 70, Fujifilm es el rey de las cámaras instantáneas
Las cámaras instantáneas han vuelto a la vida. O quizás nunca se fueron. En pleno boom de la era digital, el papel ha quedado relegado a un puesto de deshonor del que no parece que vaya a lograr escapar. Sin embargo, aún quedan nostálgicos que no quieren cambiar el olor y el tacto de un libro nuevo respecto a la frialdad de la pantalla de un Kindle, aún quedan personas que tratan de mantener la emoción de recibir una carta física y no un email. Son minoría, no vamos a negarlo, pero productos como la cámara instantánea Instax Mini 70 de la que hoy te vamos a hablar sirven de empujón tanto para esos nostálgicos de corazón como para los que solo quieren seguir una moda vintage.
Es cierto que las cámaras instantáneas nunca nos van a dar la calidad y las posibilidades de una cámara digital, pero el encanto de tener nuestras fotos en papel en el tiempo en el que te preparas un café, eso no lo da nadie.
Diseño de la Instax Mini 70: el colorido y los selfies son los protagonistas
Compacta, ligera y con un diseño muy original. Es innegable que las cámaras instantáneas tienen uno de sus mayores atractivos en el diseño. Las dimensiones de la Instax Mini 70 se quedan en 9,9 x 5,3 x 11,4 cm, mientras que su peso alcanza los 281 gramos.
En la imagen inferior puedes ver las diferentes vistas de la cámara instantánea Fujifilm. En los laterales aparecen discretamente dos pequeños enganches por si queremos colocarle una cinta y colgarla del cuello; la parte trasera, muy sobria, incluye un minúsculo visor y cuatro botones de encendido/apagado, temporizador, modos y selfie, así como un pequeño (e incómodo) grip; mientras que su parte superior incluye una ranura por donde se imprimirán nuestras fotos. En la parte inferior vemos un pequeño hueco de rosca por si queremos engancharla a un trípode. No cuenta con un visor a modo de pantalla como tal, ya que precisamente el encanto de esta cámara es que se trata de un dispositivo analógico.
En el frontal, aparte del flash y el objetivo, lo que más nos llama la atención es la aparición del disparador y de un pequeño espejo junto a la lente de la cámara. Un detalle muy práctico al que le vamos a sacar mucho partido si pensamos hacer selfies con ella.
Fujifilm sabe que el principal público de estas cámaras es gente joven y sin ninguna duda ha sabido jugar muy bien sus bazas en cuanto a diseño. Disponible en 6 colores, podemos elegir entre los clásicos negro y blanco al elegante bronce o los llamativos amarillo, azul y rojo.
Características técnicas de la cámara instantánea Fujifilm Instax Mini 70
Fujifilm Instax Mini 70 | |
Tamaño de la fotografía | 86 x 54 cm |
Tamaño de la imagen | 62 x 46 cm |
Objetivo | Retráctil – 60 mm f/1:12.7 |
Flash | Integrado, automático, 7 segundos de recarga |
Alcance del flash | 0.3 – 2.7 m |
Disparador | Programado: 1/2 seg. – 1/400 seg. |
Modos | Macro (0.3 m – 0.6 m), Normal (0.6 m – 3 m), Paisaje (3 m en adelante) |
Exposición | Automático |
Batería | 2 pilas CR2 |
Dimensiones | 9,9 x 5,3 x 11,4 cm |
Peso | 281 gramos |
Analizamos estas cámaras instantáneas: ¿qué resultados podemos esperar en la Instax Mini 70?
Antes de analizar si merece la pena la Instax Mini 70, es preciso recordar cuál es su función principal. No esperes una calidad excepcional ni poder hacer virguerías con ella: no podemos configurar las imágenes que tomamos más allá de seleccionar el modo en que la queremos usar, pero lo cierto es que la calidad final ha mejorado bastante respecto a aquellas viejas Polaroid que tenían nuestros padres.
Como decimos, no podemos configurar ajustes como la exposición, el brillo o la ISO, pero la propia cámara gracias a sus sensores inteligentes se encarga de hacerlo automáticamente según las condiciones del entorno en el que vayamos a tomar la fotografía. Aparte de esto, nosotros sí podemos seleccionar el modo que mejor nos viene: macro, normal o paisaje, según la distancia a la que nos coloquemos del objetivo.
Muy práctico también nos parece el Modo Selfie. Fujifilm sabe que hoy en día los selfies son protagonistas y que su cámara instantánea también va a ser usada para ello. Evidentemente, aquí no vale eso del “ensayo y error” y tenemos que estar seguros de dónde estamos disparando antes de hacer la foto. Los “carretes” no son precisamente baratos y malgastar un papel en una fotografía en la que nuestro cuñado solo salga a medias o la abuela no se haya encuadrado bien, no nos va a hacer mucha gracia. Gracias al modo selfie, además de preparar la cámara para tomar una foto a una distancia de en torno a 40-50 cm, podemos usar el espejo situado junto a la lente para colocarnos todos bien y sacar nuestra mejor sonrisa.
A la hora de buscar información sobre estas cámaras instantáneas, la velocidad de impresión es algo primordial. Se llaman “instantáneas” aunque en realidad no lo son tanto. Desde que disparamos hasta que tenemos la foto en nuestras manos pasan en torno a 90 segundos. No nos vamos a poner quisquillosos: no está nada mal.
Hasta aquí todo muy bien: nos encanta su diseño, es muy sencilla de utilizar y la calidad de imagen es bastante buena. ¿Hay algo negativo que resaltar? Aparte de la evidente limitación de hacer fotos digitales (con la imposibilidad de hacer posteriores retoques o sacar impresiones más grandes), a la hora de disparar es algo incómoda hasta que nos acostumbremos a ella. La empuñadura o grip la tiene en la parte trasera y aparte de no ser demasiado ergonómica, tendremos que hacer un juego de dedos para llegar al disparador situado en la parte frontal. También resaltamos como algo negativo el precio de los cartuchos, algo que puede convertirse en motivo suficiente para que utilicemos la cámara en un par de eventos y después caiga en el olvido.